Se trata de una carrera de karting. Y la lógica periodística indica que hay que empezar por el final. Básicamente saber quién ganó y quién perdió. Pero vamos arrancar por el principio, antes de la largada.
La idea era subirse a un karting por primera vez. Elevada la propuesta a Pablo Vaca (administrador como si fuese una cuenta de WhatsApp de la sección El probador) subí la apuesta y propuse una carrera grupal con compañeros de redacción que, como yo, no tuvieran experiencia sobre este tipo de vehículos. Pablo tomó la posta, Rolando Barbano, que no se pierde un probador dijo presente, y Sebastián Clemente se sumó.
Con la competencia planteada, agendamos una noche F1 Karting, “la mejor pista outdoor”, según su página web. No conozco otras, pero ésta de 420 metros pintaba bien. Curvón, curva peraltada y otros términos que alguna vez escuché en la transmisión de alguna carrera.
Y con esto, vamos adelantando parte del final, ese que debería haber figurado en el primer párrafo. Va una breve descripción sobre mis habilidades arriba de algo con motor: no entiendo nada y no me gusta la mecánica. Si se me queda el auto, puede ser desde la falta de agua o la de una pieza con nombre raro. Porque parte del desafío grupal era que quien perdiera la carrera escribiría esta nota. Y acá me tienen, tratando de contar cómo, saliendo último, se puede disfrutar de la experiencia.
Habrá tres vueltas de reconocimiento, tres de clasificación (cada karting lleva un chip y los tiempos se siguen en una computadora) y la carrera será a 24 vueltas. Y entonces vamos. Para arrancar hay que apretar el acelerador a fondo. Y allí comienza la experiencia. Uno vibra (y mucho) a la par del vehículo, el volante parece endurecerse en cada curva y en las rectas se va rápido (siempre que se use bien el pedal del acelerador).
Más relajado y ya pensando en cómo describir la experiencia porque salvo que alguno abandonara no había forma de que no saliera último, comienzo a disfrutar. Entiendo que todo se juega con el acelerador, que no hay que largarlo tanto y que las curvas se pueden tomar a una buena velocidad. Y de repente Sebastián Clemente levanta los brazos tras dejar atrás la bandera a cuadros. Me había sacado ¡¡¡¡10 vueltas!!!! Y sí, me equivoque con los pedales y pagué (escribí). Pero el karting no se mancha. Hay que subirse y vivir la experiencia. Vale la pena. Ya habrá revancha.
Datos básicos
F1 Karting está en Panamericana y Ruta 197. Abre de lunes a viernes de 17 a 24 y sábados y domingos, de 16 a 24. La competencia Súper F1 (3 vueltas previas, 3 de clasificación y 24 de carrera) sale $ 370 por persona.