Dejó todo para abrir un bar, lo convirtió en uno de los mejores del país y ahora exporta el negocio

Ezequiel Pereira tenía una ascendente carrera en comercio exterior, pero se fue a Nueva York, descubrió la coctelería y volvió para abrir Presidente Bar.

El sueño era ambicioso: abrir el bar de sus sueños. Y la decisión que lo llevó a convertir a Presidente Bar en uno de los 50 mejores del mundo en apenas dos años vino con una apuesta arriesgada que le cambió la vida porque el emprendimiento no sólo está por expandirse a Miami, sino que este empresario de 38 años apuesta a consolidarse como un referente en la consultoría gastronómica a través de Sherpa, firma de la que ahora es socio.

Ezequiel Pereira, oriundo de Ituzaingó, tenía un puesto jerárquico en una compañía de comercio exterior. Una renuncia, un viaje a Nueva York, el descubrimiento del mundo de la coctelería y rodearse de la gente adecuada podrían ser el resumen de su historia. Pero hubo y hay más: de no tener redes sociales a una relación mediática, o de hacer deportes con amigos a correr un Ironman en Dubai.

“Dejé mi puesto en una compañía de comercio exterior junto con un sueldo y un nivel de vida muy altos; me compré un pasaje a Nueva York y decidí pasar un tiempo allá explorando el mundillo de la coctelería”, resume Pereira.

Al volver a Buenos Aires llamó a su socio Sebastián Schkair e inmediatamente decidieron buscar aliados estratégicos para encarar la inversión, buscar una propiedad, una zona que no estuviera saturada por la oferta y un bartender de primer nivel que se subiera al proyecto desde el minuto cero.

“Así lo sumamos a German Pereira en la planificación, a Mariano Maciel, fundador de Franks y Nicky Harrison y él nos sugirió que convoquemos a Seba García, uno de los mejores bartenders de Argentina. Mi principal acierto fue el equipo de trabajo. Seba es el mejor, no solo por cómo hace brillar la barra cuando está detrás, sino por su influencia, su visión y su comprensión del negocio”, agrega Pereira, en referencia a los cuatro socios que lo acompañan desde hace un lustro.

Ubicado en Quintana 188, a lo largo de estos años Presidente Bar ha ganado reconocimiento como lugar de encuentro de grandes estrellas del mundo de la música, del deporte y del entretenimiento. Destacado por su coctelería y su colección de licores, figuras como Maluma o bandas como Red Hot Chili Peppers, Coldplay o Depeche Mode decidieron visitarlo durante su paso por nuestro país, además de recibir frecuentemente personalidades de diferentes ámbitos como Mirtha LegrandMarcelo TinelliAdrián Suar o Leo Messi.

Pereira asegura que el sueño de entrar en los World’s 50 Best Bars estuvo desde el comienzo, y que trabajaron mucho para que eso sucediera, desde la inversión hasta el servicio, la ambientación, la propiedad donde decidieron abrir el bar, el mobiliario y cada detalle de excelencia, contemplado para competir a nivel internacional. Desde 2019, apenas dos años después de inaugurarse, Presidente Bar está entre los 50 mejores bares del mundo.

Y allí Pereira se detiene para enfatizar sobre la gente que lo rodea. “La verdad es que Presidente me dio la posibilidad de trabajar con la gente de mayor confianza en mi vida, pero con la más experimentada en este rubro también, y hoy siento que no podría ser mejor el equipo. Y me bancan en todas”.

Entre las “todas” de Pereira hoy la cabeza está puesta en la apertura de Presidente en Miami y otras unidades de negocio en el exterior. “Hoy mi horizonte empresarial está en Estados Unidos, pero tengo claro que es gracias a un emprendimiento en Argentina, porque Presidente fue el puntapié que me abrió todas las puertas”.

Con esa misma lógica, el joven emprendedor explora también el universo de otra de sus grandes pasiones: el café. Su marca Cafecito es un tiny Coffee Shop que está por inaugurar su tercer local en Palermo y con la que también planea su desembarco en el mercado norteamericano. “Me encanta el café, soy muy fan y por eso me pareció lindo unirlo con los negocios. Un amigo que vivió en Australia (hoy es la meca del café de especialidad) me comentó sobre un proyecto con las características de Cafecito y de movida quise sumarme” cuenta entusiasmado.

Instalado desde hace un año y medio en Estados Unidos, mientras prepara la apertura de Presidente en el trendy distrito de Wynwood en Miami, trabaja para consolidarse como un referente gastronómico y cultivar un modelo de negocios conocido como “hospitality”, un holding de empresas relacionadas al negocio y a la industria de la gastronomía.

En vistas de esa estructura, compró parte de una consultora del rubro, Sherpa, con la que están fomentando y desarrollando el desembarco de varias marcas argentinas en el mercado norteamericano.

“Nosotros brindamos la consultoría y ayudamos a esas marcas a abrir su negocio en Estados Unidos. En algunas ocasiones cobramos una tarifa por metro cuadrado y en otra cobramos un valor más bajo y nos quedamos con un porcentaje del negocio. A cada marca le facilita mucho el desembarco en el exterior y para nosotros es una apuesta a futuro, es un voto de confianza en ese emprendimiento y una manera de ampliar nuestro hospitality”, define.

La exposición mediática y su amor por los desafíos deportivos

Pereira, que confiesa que antes de abrir Presidente ni siquiera tenía redes sociales, no reniega de cierta exposición, aunque asegura que no la busca. Su noviazgo con Floppy Tesouro lo puso en la mira de otro público. “Me encanta la vida social, los encuentros y todo lo que te da el mundo gastronómico, pero hay una exposición que muchas veces evito porque no me siento cómodo”, relata.

Se define como un “deportista íntegro” (corre, juega al fútbol, entrena en el gimnasio) y durante casi dos años se preparó para competir en carreras IronMan, llegando a participar en los circuitos de Punta del Este y Dubai, quedando por muy poco afuera de la clasificación para la competencia mundial.

“Cuando corrí mi primer IronMan en Dubai entendí que todo lo que había hecho en ese año de preparación y durante la competencia tenía que ver con el saber sufrir. Con saber interpretar el sufrimiento, capitalizarlo y darle una vuelta de tuerca”, cuenta. El proceso para llegar a la competencia incluyó entrenamientos seis veces por semana. Y concluye Pereira: “Soy ambicioso, no hago nada a media máquina”. Una definición que claramente aplica para todos sus emprendimientos.

Fuente: Clarin